Identidad
Con una cultura milenaria a sus espaldas y cuna de la primera civilización de América, Perú abre finalmente las puertas del mayor museo de América Latina. Un espacio donde convergen las diferentes civilizaciones que han ido moldeando su identidad, para entender mejor su pasado y seguir imaginando un mejor futuro.
Perú necesitaba un museo nacional al nivel de su historia y es así que por su bicentenario abre las puertas de este gran museo, ubicado frente al santuario de Pachacámac, al sur de Lima. En sus más de 88.000 metros cuadrados y 5 niveles, se exhibirá el gran legado arqueológico de las civilizaciones prehispánicas, y se difundirá la diversidad de expresiones culturales pasadas y presentes de sus pueblos.
Gracias a la gran labor y compromiso de Armando Andrade con el arte y la cultura peruana y siendo consciente de la importancia de preservar y difundir nuestra riqueza cultural, participó desinteresadamente en la definición de los objetivos y desafíos del proyecto, para dotar al museo de una identidad fuerte, capaz de soportar todo tipo de exposiciones permanentes y temporales.
Este proyecto de identidad es una donación de Armando Andrade al pueblo peruano, para ayudar a conectar la cultura con las personas y ofrecer al mundo entero la posibilidad de conocer las diferentes capas de esta gran cultura milenaria.
A día de hoy, aún existen diferentes hipótesis sobre qué significaron exactamente los «tokapu» para los incas, aunque desde un punto de vista visual, sí podemos apreciar la complejidad de su sistema gráfico, las diferentes piezas que los conforman y la diversidad de combinaciones cromáticas que se van generando y repitiendo.
Analizando su esquema y descomponiendo sus diferentes elementos geométricos, generamos un nuevo sistema gráfico para construir el logotipo, inspirado en sus mismas formas.
No deja de ser curiosa la similitud cromática entre la obra de Josef Albers y los «tokapu». Incluso las formas geométricas usadas por los incas, se asemejan a los ejercicios visuales del artista alemán. Tanto, que nos inspiramos en sus experimentos de color para dar vida a una nueva paleta con más luz y energía, manteniendo la esencia y combinaciones usadas en sus prendas de vestir.
Para reforzar la idea de grandeza que nos inspiraba el nuevo museo, expandimos el sistema gráfico más allá de la tipografía, dotando de identidad al museo y haciendo reconocible cada pieza de comunicación, utilizando un único elemento geométrico, sin necesidad de añadir más. De esta manera, conseguimos dar más relevancia a cada símbolo por separado, para apreciar mejor su belleza.