Un agresivo plan de expansión y adquisición que se inició en el 2008 llevó al Grupo Graña y Montero a transformarse de un grupo local de 8 empresas a un conglomerado multinacional de 23 empresas, lo que ameritó una revisión estratégica de la arquitectura marcaria e identidad del grupo y todas las empresas integrantes.

Bajo el concepto estratégico “Construyendo mañana” creamos un símbolo en forma de ventana compuesto por bloques en diferentes tonalidades de naranja, el cual se convirtió en el elemento unificador de la nueva arquitectura de marca. Esta ventana representa la postura visionaria del grupo y sus diferentes tonalidades de color nos hablan de la composición diversa de las empresas, las cuales se organizan en cuatro áreas de negocio diferenciadas; con el objetivo de crear sinergias y valor común: el valor del trabajo bien hecho.